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Trastorno Obsesivo-Compulsivo

Los síntomas primarios del Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), son las obsesiones, compulsiones y de acuerdo con algunos investigadores, la duda.

Las obsesiones son pensamientos intrusivos, ego-distónicos (generan malestar), imágenes, melodías, sonidos o impulsos difíciles de desestimar o resistir. El contenido de este pensamiento obsesivo habitualmente es desagradable y/o mórbido. Típicamente, las obsesiones giran en torno a la contaminación, religión, conductas sexuales y temas mórbidos y agresivos. Las obsesiones también son reflejo de un estilo de pensamiento mágico, donde existe la creencia de que nuestras ideas pueden actuar creando o deshaciendo eventos específicos.

El paciente usualmente reconoce que sus obsesiones son absurdas, sin embargo este "insight" (conciencia de enfermedad) no siempre está presente. El pobre "insight" (falta de conciencia de enfermedad) en cuanto a las características esenciales de las obsesiones, se denomina ideas sobrevaloradas. Las ideas sobrevaloradas son obsesiones rígidas, estables, capturan otras ideas y se resisten a ser cambiadas. La idea sobrevalorada, aunque falsa, es vista por el paciente como racional, posible, y al igual que las otras obsesiones, necesita ser neutralizada a cualquier costo, comprometiendo la conducta del sujeto en diversos ámbitos.

Una compulsión mental (ritual mental o idea compulsiva) es aquella que obliga al sujeto a realizar determinada actividad mental, como por ejemplo, la calculomanía, el contar, repetir mentalmente palabras o frases, dibujar imágenes mentales, chequeo mental de objetos, juegos ritualísticos, etc. Estas compulsiones circunspectas, que ocurren casi automáticamente, son difíciles de detectar y por tanto de trabajar terapéuticamente

Una compulsión motora es aquella que impulsa al sujeto a realizar un acto con participación muscular. Estas compulsiones abarcan urgencias físicas o verbales agresivas, como la coprolalia o conductas de auto-mutilación (escupirse, arrancarse la piel, morderse, arrancarse el cabello, etcétera). Otras más conocidas y frecuentes incluyen impulsos cotidianos como lavarse las manos, verificar, volver a leer o escribir, ordenar, acumular, y la repetición de actividades físicas rutinarias como sentarse y pararse de una silla, o abrir y cerrar la puerta.

Asimismo, las compulsiones motoras pueden estar relacionadas con necesidades fisiológicas, como la necesidad compulsiva de defecar, orinar, o actividades sexuales continuas. Las compulsiones motoras también incluyen movimientos del cuerpo como la necesidad de tocar, golpear, raspar, balancearse una cierta cantidad de veces y/o de una manera determinada. Movimientos estereotipados también pueden incluirse en esta categoría. Ceremoniales familiares o individuales, como rituales de purificación o descontaminación, lavado, limpieza o esterilización, también son síntomas obsesivos. Otras compulsiones incluyen ordenar, acomodar, acumular, releer, volver a escribir.

Las compulsiones que pueden ser de naturaleza mental o física, son llevadas a cabo en forma repetitiva siguiendo reglas supersticiosas, y tienen la finalidad de neutralizar, evitar o prevenir algún tipo de consecuencia no deseada o desastrosa. Por ello, las compulsiones tienen la propiedad de reducir la ansiedad cognitiva y/o somática, malestar o angustia que éstos pacientes experimentan, al tiempo que generan disfuncionalidad (imposibilidad de llevar adelante, sin dificultades, las actividades familiares, laborales y/o sociales).

El TOC fue considerado un trastorno de ansiedad por muchos años, es esperable que la emoción negativa despertada más frecuentemente por la idea obsesiva, sea precisamente la ansiedad. Sin embargo, en este punto nos encontramos con alguna de las particularidades de este trastorno mental siempre severo. La clínica nos indica que los pacientes suelen padecer sensaciones de ansiedad, depresión y/o asco durante el inicio y mantenimiento del mecanismo obsesivo-compulsivo.

¿Quienes sufren de Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?

El TOC afecta alguna vez a lo largo de la vida al 2-3% de la población mundial, es tan frecuente en niños como en adultos y los datos epidemiológicos sugieren que no hay diferencias en la prevalencia entre regiones geográficas y étnicas. Probablemente la presencia de este trastorno sea mayor a la conocida, dado que los individuos con TOC tienden a esconder sus síntomas y retrasar el momento de la consulta. Se presenta con la misma frecuencia en el hombre y la mujer.

Esta cifra da cuenta del impacto en la sociedad de este trastorno y de la importancia de implementar tratamientos adecuados y eficaces para evitar que las personas que padecen TOC queden marginadas del sistema social por cronificación y complicación de su trastorno.

Actualmente se considera que el inicio es temprano, por lo general durante la niñez o adolescencia, el 50% desarrollan TOC antes de los 15 años y el 65% antes de los 25 años, infiriéndose, un fuerte componente heredofamiliar.

Basados en nuestra experiencia clínica e investigación, los síntomas exhibidos por los niños con TOC se parecen a los de los adultos.

SÍNTOMAS SECUNDARIOS:

 

  • • Depresión - Los pacientes con TOC usualmente experimentan depresión debido a la pérdida de control sobre los síntomas que dominan sus vidas. Se sienten muy frustrados y desesperanzados de que se sentirán mejor alguna vez.
  • • Disturbios Sexuales - Los trastornos incluyen un incremento o una disminución de la libido, frigidez, impotencia y eyaculación tardía o precoz. Esto puede ser causado por la estricta mirada religiosa o moral del paciente, depresión y ansiedad. Los pacientes que tienen temor de contaminación respecto al semen, secreción vaginal y urinaria, también pueden evitar los contactos sexuales. A veces se presentan como consecuencia de la presencia de ideas obsesivas de contenido homosexual.
  • • Irritabilidad - El TOC causa mucha frustración porque interfiere con la socialización, con el trabajo y la familia. La frustración puede conducir al enojo o irritabilidad. En ocasiones la interrupción de los rituales o compulsiones puede generar una conducta agresiva verbal o física.
  • • Distorsiones Perceptuales: Las investigaciones de nuestro Instituto han demostrado que algunos pacientes se quejan de distorsiones perceptúales como "escuchar sus pensamientos" o "ver imágenes desagradables o que le infunden temor" entre otras.
  • • Alteración funcional - Los síntomas en el TOC tienden a interferir significativamente en las áreas de funcionamiento. Los rituales pueden tomar mucho tiempo en el trabajo, conduciendo al stress agregado. Los problemas ocurren frecuentemente dentro de la familia. Los individuos con TOC tienen dificultad para convivir, frecuentemente obligan a la familia a ayudarlos en la realización de los rituales. Debido a la severidad del trastorno, la socialización está frecuentemente afectada.

 

¿Cúal es el tratamiento para el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?

El tratamiento del TOC debe ser abordado de forma integral, el cual consta de una evaluación exhaustiva, psicoeducación, terapia cognitiva-conductual y psicofarmacológica. La forma de terapia conductual que demostró ser la más efectiva para el TOC es denominada "exposición y prevención de las respuestas". En la terapia cognitiva-conductual para TOC, la meta es modificar las siguientes creencias irracionales más comunes:

  • Excesivo sentido de responsabilidad.
  • Sobrevaloración de las amenazas y el peligro.
  • Necesidad de control.
  • Inquietud con inseguridad / ambigüedad.
  • Fusión de pensamientos con acciones.
  • Tremenda importancia dada a los pensamientos.
  • Necesidad de perfección.

 

¿Cúales son los medicamentos efectivos para el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?

La medicación antidepresiva (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina –ISRS) ha demostrado ser la más exitosa para el TOC, por su acción sobre el neurotransmisor serotoninérgico. Los siguientes son los medicamentos más comunes que regulan los niveles serotoninérgicos:

  • Clomipramina
  • Fluoxetina
  • Fluvoxamina
  • Paroxetina
  • Sertralina
  • Escitalopram

La mayoría de los estudios describen que, aunque el inicio de la mejoría ocurre alrededor de la cuarta semana, se hace significativa entre la 6ta y 10ma semana, y aun después. Por consiguiente, antes de rotular a un paciente como “no respondedor”, hay que utilizar dosis terapéuticas por más de 12 semanas. Los primeros signos de mejoría suelen ser una disminución en la urgencia de realizar compulsiones, y un aumento en la habilidad de resistir a los síntomas.

Es importante que el psiquiatra quien lleve adelante el tratamiento sea especialista en TOC, dado que debe conocer los tiempos de respuesta, la dosis a alcanzar, la forma de potenciar el tratamiento, el manejo de los posibles efectos adversos de los medicamentos y las alternativas psicoterapéuticas.